22 de octubre de 2012

Cómo es el Nokia Lumia 900 con Windows Phone 7

Estuve probando el Nokia Lumia 900 que por estos días salió en preventa en la Argentina. En el suplemento Tecnología publiqué una reseña, que les invito a leer. Dejó acá algunos comentarios más de este equipo que, como dije en la nota, me parece un muy buen smartphone, pero que llega a la Argentina a destiempo de su propia historia, a mitad de camino entre la confirmación de que no se actualizará a Windows Phone 8 y el anuncio (en septiembre, dicen) de su sucesor.

Plástico y vidrio

El Lumia 900 es el hermano mayor del Lumia 800, que es el primo directo del Nokia N9. Tiene el mismo diseño y formato, y las mismas líneas, aunque es más grande (con pantalla de 4,3” y 800 x 480 pixeles). Pero hay dos cambios: el negro lustroso dejó lugar a uno opaco en el Lumia 900, y la pantalla perdió los bordes redondeados que lo hacían tan atractivo. En su configuración actual casi no se nota la diferencia, y Windows Phone 7 no requiere de tanta acción en los bordes como MeeGo, así que esto no es problema. Supongo que hacer un panel de vidrio recto es más barato. Una pena si usaste el N9, pero para el usuario común no tiene impacto.
En un lateral tiene los botones de volumen, el de bloqueo de pantalla y el de la cámara, que permite activarla aún si el teléfono estaba bloqueado. La cámara funciona muy bien, y es bastante rápida. Arriba tiene el conector de audio, la bandeja para la miniSIM y el conector USB (que no tiene tapa como el N9); abajo está el parlante, más poderoso que en el N9. No hay salida HDMI ni puerto para tarjeta de memoria; son los 12 GB que quedan libres después de iniciar el equipo, o nada.
El Lumia trae uno de los cargadores más diminutos que ví (del tamaño de un bocadito Cabsha -como para seguir la temática del blog). Los auriculares con manos libres, de aspecto modesto, resultaron tener muy buen sonido.
La cámara es buena, con 8 megapixeles, lente Carl Zeiss, y flash LED. Sigo creyendo que un botón físico para la cámara está bueno (en cualquier equipo) antes que tener que tocar la pantalla para capturar la imagen. Nokia ofrece en la tienda de Microsoft una aplicación con funciones extra a las básicas de la cámara de Windows Phone 7, para instagramear la imagen y hacerle algunos retoques básicos. No graba video en Full HD, que es una pena, pero con el almacenamiento limitado probablemente no hubiera sido una buena idea. El equipo también tiene una cámara al frente para video.
En la Argentina se venderá en color negro, cian y magenta (como el N9) al que se agrega la opción en blanco.

Fluido y simple, pero limitado

Es difícil describir lo fluido (aunque no necesariamente hiperveloz) que es Windows Phone 7 en estos equipos (de Nokia o quien sea). El porqué es fácil de explicar: todos los equipos comparten el mismo hardware base: procesador a 1 o 1,4 GHz y 512 MB de RAM (salvo el Lumia 610, más modesto). Así que todo está optimizado para esa configuración, y todo funciona muy bien, sin retrasos, titubeos o tironeos.
Esto también se debe a la multitarea, que es muy limitada. Es posible tener una aplicación corriendo en segundo plano (por ejemplo, la que alerta de menciones en Twitter) más allá de las básicas del sistema operativo, que permite descargar el e-mail mientras se escucha música, etcétera. Pero aunque la aplicación implemente un agente que corre escondido, buscando información, volver a activar la aplicación en sí a veces toma un segundo o más. Poquísimo, pero los sistemas operativos competidores logran algo así en forma instantánea. No sucede con todas las aplicaciones (seguro no con las del sistema operativo) pero puede ser muy molesto.
La interfaz gráfica antes conocida como Metro funciona muy bien, en base a unos parámetros muy sencillos: iconos planos, mucho texto y despliegue de información sobre dos ejes: el vertical clásico (avanzar en una lista) y el horizontal, para alternar en diferentes vistas o pasar a diferentes instancias de configuración de una aplicación. Es super sencillo y claro, y anda muy bien. WP7 es monotemático: un fondo claro o oscuro y un color (que se puede elegir entre una paleta muy atractiva) que será el de todos los iconos del sistema y el texto resaltado. La mayoría de las aplicaciones de terceros impone su propio color y logo, pero algunas cambian según el que eligió el usuario para todo el sistema. Los mosaicos, además (esa mezcla entre icono, acceso directo y widget que compone la vista inicial de WP7) pueden ser activos, cambiando su cara para alertar cuando hay un nuevo suceso asociado a una aplicación (mensajes no leídos, por ejemplo). Los mensajes (SMS, chat, Twitter) también aparecen como una notificación en la parte superior de la pantalla.
Es simple, sencillo, visualmente atractivo y privilegia la información por sobre el cromo, que es inexistente (el cromo es como se le dice al borde de las ventanas, a los botones, etcétera en el diseño de interfaces gráficas; el navegador Chrome se llama así por su aspecto espojado). Pero puede resultar un poco monótono y rígido. No se puede, por ejemplo, crear carpetas para agrupar aplicaciones, o ver el contenido del teléfono más allá de la galería de fotos o el gestor de música o videos. En esto es mucho más limitado que Android (que es básicamente plastilina) aunque es un poco más flexible que iOS (y Windows Phone 7.8 y 8, en teoría, ayudarán un poco a romper este estilo monocorde).
En Engadget España hicieron un vídeo sobre el Lumia, que es cortito pero muestra cómo se comporta la interfaz:
 

Zune y las aplicaciones

Microsoft tomó una pésima decisión al obligar el uso de Zune para gestionar el contenido multimedia del teléfono. Aunque la aplicación para PC es buena, y fácil de usar, tener que apelar a ella (y no a un simple copiar y pegar) para cargar de música el teléfono es un engorro. Hay una versión para Mac, y en teoría Linux debería ver el teléfono como un reproductor multimedia estándar, pero no tuve éxito en este punto.
La cualidad que sin embargo redime a Zune es que cuando el teléfono se conecta a la PC lo usa para acceder a Internet, una buena noticia para los que están en un lugar con conexión de banda ancha pero mala señal 3G. Todas las aplicaciones (con la notable excepción de la tienda) se pueden conectar de este modo. El proceso es automático.
La tienda de aplicaciones está muy lejos de la facilidad de uso que tiene la de Google o Apple. Funciona, y las cosas se encuentran, pero no permite cambiar el orden de los resultados (y ver qué cliente de Twitter es más popular, por ejemplo). La información está ahí (con estrellas de valuación, comentarios y demás) pero el usuario no tiene como interactuar con ella. Más útil es la versión Web, que permite, como Google, elegir aplicaciones para descargar y hacer que se descarguen automáticamente al teléfono.
El catálogo de software, en general, es más pobre que en Android o iPhone, pero suficientemente completo como para que no haya encontrado ausente nada de lo básico (Twitter, Facebook, Whatsapp, Google Docs, Google Maps, Google como buscador, lector de RSS, Angry Birds, software con el reporte meteorológico, linterna, anotadores, etc). Pero obviamente hay más chances de encontrar aplicaciones muy específicas en Android o iOS, que cuadruplican o más la cantidad de aplicaciones ofrecidas (más allá de que muchas sean zombis)
Nokia agregó varias aplicaciones, la más notable la de mapas, dividida en dos aplicaciones: la de manejo y la urbana convencional. Funcionan muy bien, pero algún genio decidió que si bien poder descargar todo el mapa del país para tenerlo offline era una buena idea, sólo debía verse en la aplicación para el auto. La herramienta hermana (la que se usa con más frecuencia) no tiene acceso a ese mapa, y necesita una conexión activa a Internet.

Las herramientas de e-mail, calendario y contactos son muy buenas. Cargué todo tipo de cuentas, y también permite sumar Twitter, Facebook y Linkedin para llenar de información los contactos. Como otros sistemas operativos, esto permite ver, para cada contacto, sus últimas actualizaciones en las redes sociales, y también un historial de nuestra interacción con esa persona: llamadas, mensajes, etcétera.
El gestor de mensajes es el mismo para los SMS y para el mensajero instantáneo (Windows Live o Facebook) y permite mantener una conversación con un mismo contacto a través de los tres servicios en forma transparente y en una misma aplicación. Es una idea excelente, y muy bien implementado.
El teclado predictivo es muy bueno, aunque extraño el Swype. WP no admite por ahora teclados alternativos, y en la versión de sistema operativo que tiene el Lumia que probé ofrece el signo de euro antes que el de peso, aunque el teclado es teóricamente el que corresponde para la Argentina.
El paquete de oficina es, como puede suponerse, muy bueno, aunque el que no se pueda conectar el equipo como memoria USB obliga a usar la Nube para pasar un archivo (sea Skydrive, que está integrado en todas las herramientas del teléfono, sea por e-mail o usando alguna de las aplicaciones de la tienda que crean un vínculo inalámbrico entre ambos equipos), algo que es, a esta altura del mundo móvil, una tontería.
Internet Explorer 9 es decente. Diré más: anda muy bien. El de Android/iOS es mejor. Y no hay Opera o Firefox para WP.

El 7 y el 8

Respecto de la no actualización a Windows Phone 8: sí, es un error, y yo -si fuera MS- hubiera hecho lo imposible por no dejar en banda esos clientes que creyeron en mí al principio, sin importar si la mayor parte de los cambios serían invisibles para ellos porque dan soporte a hardware que no tienen sus teléfonos. Digo: como movida de marketing, pésima.
No creo, sin embargo, que eso signifique, como se sugería el otro día, que los Lumia (o los equipos que hoy ofrecen HTC, Samsung y LG) con Windows Phone 7.x queden automáticamente obsoletos o vayan a implotar el mes próximo cuando se anuncien los primeros equipos con WP8.
Reitero el ejemplo de Android porque sucede lo mismo: hay equipos con Android 2.x que andan perfectamente bien. ¿Sería mejor que se actualizaran? Sin duda, pero -para mí- la clave está en lo que el teléfono que quiero puede hacer hoy (y las aplicaciones disponibles a la fecha), no en lo que podría llegar a hacer en un futuro (y piensen que un teléfono con WP8 no va a llegar a la Argentina antes del año que viene). El Nokia N9 está todavía más muerto en vida, si cabe el término, y funciona muy bien.
Hay, además, cierta tendencia a creer que todas las actualizaciones son siempre buenas en términos de rendimiento, y eso no es así. El iPhone 3GS se actualizará a iOS6, por ejemplo, pero quienes lo han probado con iOS5 no tienen grandes expectativas al respecto (ya lo hacía bastante lento). La optimización iterativa con las diferentes versiones llega a un punto límite y luego se diluye por la suma de nuevas herramientas.
Insisto: que no reciba Windows Phone 8 es una pésima noticia, pero (salvo por la multitarea mejorada, y algunos elementos más) no habría grandes cambios. Además, nadie (fuera de Microsoft) sabe realmente qué incluirá WP7.8 y qué no. Pero sí limita su futuro a largo plazo. Las aplicaciones de WP7 corren en WP8, pero no a la inversa; es probable que en el corto plazo (digamos, mediados del año próximo) los desarrolladores apunten a ambas versiones. Luego, claro, irán a WP8.
Estas son mis impresiones del equipo. Me parece una muy buena alternativa como smartphone, más allá de un futuro algo limitado; quien busque hoy tener un equipo que le permita toquetear su aspecto a gusto, con mayor oferta de aplicaciones o más opciones de hardware, tiene en Android una mayor variedad de modelos y precios. Obviamente está el iPhone también, pero en la Argentina no se vende en forma oficial (y probablemente sería más caro si lo hiciera).
Lo voy a tener un tiempo más, así que si alguno tiene dudas o consultas, pregunte en los comentarios y lo vamos viendo. Acá pueden ver otras reseñas de equipos que estuve probando en los últimos tiempos.

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